Cuando escuchas la palabra divorcio a veces te resuena a algo desagradable, lo asocias a una pérdida más que a un logro. Y es que cambiar el sentido a esta palabra puede resultar de ayuda durante el
proceso.
Te divorcias cuando algo no va bien, cuando algo no resulta adecuado, cuando no tiene sentido continuar en una relación a la deriva. Es responsabilidad de cada cual revisar y reflexionar acerca de lo que quieres para ti, para después vivir de acuerdo con ello. Entendiendo esto, cuando la decisión de divorciarte ya la tienes tomada, deberás verla como la apertura a un nuevo camino, a una nueva andadura, dejando atrás una gran experiencia que te ha permitido evolucionar como persona.
Es importante enterrar el hacha de guerra durante este proceso. ¿Por qué? Porque eres una persona que estás transitando un momento muy difícil. Porque todo aquello que se hace con cuidado y cuidando, se hace mejor. Porque con esta decisión lo que buscas es un resultado en beneficio de todos los miembros de tu familia. Porque las hijas y los hijos necesitan a sus progenitores mostrando madurez y serenidad. Porque cuanto más liviano resulte el proceso de divorcio, más rápido os podréis recomponer y porque, a priori, se espera que, aunque no vuelva a convivirse, la relación no se rompa, por el bien de las hijas y los hijos en común.
En los procesos de divorcio emergen muchas emociones que te pueden llevar a actuar de manera egoísta e infantil. Muchas veces, inmersa en el conflicto, te dejas la empatía y la comprensión en el baúl de los recuerdos, y pasa que no das con alguien que te ayude a recuperar esas habilidades con las que contabas. De ahí que sea trascendental apoyarte en quien sea verdaderamente un apoyo, que sepa contenerte, que no sea espejo de tus emociones y que vele por el bien común.
En el ámbito de lo legal, cuando se trata de luchar por los derechos de cada persona, a veces es difícil encontrar con un profesional que además de leyes, sepa del mundo emocional y de cómo enfocar una situación más allá de la estrategia o la idea de ganar-perder de ti como su clienta. Que entienda tu sentir y te conceda el espacio y el acompañamiento que necesitas. Es por ello que planteo el proceso de divorcio con el asesoramiento emocional de una profesional experta en la gestión de conflictos.
Recuerda que concebir el divorcio como una solución puede ser clave para iniciar el proceso con una actitud más amigable, sobre todo hacia ti misma.