Esta es la historia de Conchi y Raúl que, pese a haber iniciado su relación a una edad ya adulta, terminó en divorcio.
A los 34 de ella y a los 42 de él fue cuando se conocieron. La convivencia se precipitó quizás por esa presión social con la que cada cual, a su manera, cargaba.
Y pronto llegó el niño. A penas habían tenido tiempo de profundizar en su relación y ya habían formado una familia. A penas habían construido algo, y ya tenían la mayor responsabilidad de sus vidas.
Y lo cierto es que no contaban con una relación sólida como para afrontar su nueva situación. Conchi se armó de paciencia y trataba de centrar su energía en el bebé. Raúl hacia y deshacía y salía y entraba cuando le venía en gana.
Raúl provenía de una familia en la que su padre había estado ausente, y siendo el mayor de 3 hermanos, su madre había respondido a sus necesidades y a todo cuanto respectaba a ellos de manera exclusiva.
Raúl no concebía que tuviera que responder a nada que tuviera que ver con Conchi y el bebé. ¿Por qué iba a hacerlo?, ¿si su madre había podido sola con tres?.
Conchi transitó unos meses muy duros, en soledad. Las visitas y la intromisión de familiares de Raúl en su casa eran frecuentes. Se sentía invadida y nada respetada. Pero esto parecía no importarle a Raúl. Él le replicaba que eran sus familiares también y tenían derecho.
Conchi no contaba con fuerza suficiente para recurrir a nadie. Así que se resguardaba en su hogar, uno que a ratos no parecía serlo por las personas extrañas que aparecían, sin previo aviso, en él.
Todo resultó muy caótico y nadie atendía a su momento. Conchi necesitaba salir de aquella situación, y era perfectamente consciente de que Raúl no iba a resultarle de ayuda. No tenía más que echar la vista atrás para asegurarse.
Conchi recurrió a su mejor amiga. Sabía que ella la iba a entender e iba a ayudarle a salir de aquel infiero en el que se había convertido su vida. Ana le facilitó un contacto para gestionar bien la situación y evitar con ello cometer errores.
Conchi se separó de Raúl. Él no mostró ningún tipo de interés por su paternidad ni por todo lo relacionado con el bebé. Resultó muy doloroso para Conchi. Pero aprendió a vivir con ello y a centrarse en lo todo lo que ella sí podía ofrecer a su hijo.
Conchi también es muchas mujeres. Raúl es también muchos hombres.